Adquirir libro

libro estancia grande de Itapúa 1620 1800

La Estancia Grande de Itapúa

Nos visitan desde

Guillermo Rodriguez Exodo del pueblo oriental

         Un 16 de diciembre de 1811 se dio a conocer el censo que solicitó José Artigas en el marco del éxodo del pueblo oriental, hoy se cumple 210 años de ese documento. No quería dejar de pasar la oportunidad de esta fecha, (no como efeméride) como un disparador para quien quiera conocer o estudiar los acontecimientos que son parte de nuestra historia regional durante el siglo XIX.

Entre las tensiones por el éxodo del pueblo oriental.

           1811 es un año convulsionado para el Litoral y el Rio de la Plata. Se suma la Banda Oriental al proceso revolucionario iniciado y liderado por Buenos Aires en 1810, sin embargo ante los intentos de ocupar la ciudad de Montevideo fracasan, ésta se mantiene firme junto a los “realistas”.

           En este marco se producen varios hechos que serán muy importantes para entender la dinámica de los siguientes años. El virrey Francisco Xavier Elío entabla negociaciones con los portugueses, es decir los lusitanos avanzan, mientras, firma un armisticio con Buenos Aires, en el medio la campaña de la Banda Oriental queda expuesta a esta situación. Artigas se encuentra ante uno de los acontecimientos más importante de la época, el llamado éxodo del pueblo oriental (también conocido como “La Redora”).

El virrey envía una misiva a Artigas invitándolo a acatar las órdenes de Buenos Aires caso contrario sería declarado rebelde y perseguido por Buenos Aires, Montevideo y los portugueses, por otra parte lo presiona sobre la suerte de los “vecinos” que lo acompañan.[1]

En octubre de 1811 los hacendados de la Banda Oriental reclaman a la junta de Gobierno de Buenos Aires por el armisticio, también expresan que son capaces de abandonarlo todo para seguir al ejército auxiliador y están dispuestos a doblegar los esfuerzos para mantener la libertad. Pero también solicitan que se limite la jurisdicción del virrey Elío.

Las tensiones presentes son parte de la dinámica de la época, las alianzas cambian constantemente pero Artigas se mantiene firme. Obedecerá a la junta, pero mantendrá la protección de las setecientas familias (o más) que lo reclaman.

El dulce grito de la libertad penetró mi oído, y yo tuve La ocación manifestar unos sentimientos que respiraron cuando yo. – La idea de la felicidad de mi país lisongeó mis deseos, y el augusto gobierno de los hombres libres hizo el resto: subdito siempre de sus respetables decisiones, me distinguirá la obediencia, y habré cumplido mis deberes solo cumpliendo sus ordenes. – Pasé á esta vanda Oriental de 2.° de la tropa con q.ᵉ se dignó auxiliar á mis compaisanos; llegaron los últimos acontecimientos y mas de setecientas familias han fixado su protección en mi, el grito de ellas, de los ciudadanos, de la campaña toda empeña mi sensibilidad y aun mi honor quando me hasen causa de su laudable compromiso y de sus perdidas remarcables; me hacen conocer q.ᵉ abandonar esta vanda envuelve algo mas q.ᵉ su lamentable desgracia (...)[2]

  Melchor Mendez Margariños El exodo del pueblo oriental

En las mismas circunstancias será Jose Rondeau quien expondrá la situación al gobierno de Buenos Aires, sin dejar de lado las tensiones con Artigas, en este momento están en el mismo bando, en un futuro cercano no:

                                                         Exmo. Sor.

Creo de mi deber manifestar á V.E. el estado de desolación en q.ᵉ queda esta Campaña, y la consternación q.ᵉ causa ver q.ᵉ toda ella queda hecha un desierto. Me aseguran que Pueblos de numerosos Vesindario se abandonan sin quedar en ellos vn solo hombre. De todos los puntos de la Campaña se replegan familias alExercito sin q.ᵉ Vasten persuasiones á contenerlas en sus Casas. En muchas há movido esta resolución eltemor delos Portugueses, en otras los sugerim.ᵗᵒˢ de algunos, que mal intencionados, se complacen en persuadirles males q.ᵉ les inferirá el Gobierno de Montevideo luego q.ᵉ se vea libre de los respetos q.ᵉ le impone este Exercito, y las mas p.ɾ el temor de los desertores, q.ᵉ ya principian á llenar el terror á las familias, y q.ᵉ prevalidodos sin duda de la impotencia en q.ᵉ queda aquelGovierno para contenerlos causarán en lo sucesibo daños mas sensibles. He trabajado lo infinito p.ᵃ aquietarlos y hacer que buelvan á sus hogares, pero nada hay que Vaste; y p.ɾ otra parte la publicidad/ con q.ᵉ se asegura la quedada en esta Vanda de D.ᶯ Jose Artigas como el mismo lo hace valer (p.ɾ ofrecim.ᵗᵒ q.ᵉ dice q.ᵉ se le ha hecho p.ɾ elSor. Diputado á nombre de V.E.) las anima á arrostrar p.ɾ todas las fatigas é incomodidades q.ᵉ son consiguientes al abandono q.ᵉ hacen de sus Casas é intereseses. Este conjunto de cosas, mehace esperar con ancia ordenes deV.E. q.ᵉ que allanen las dificultades q.ᵉ no será extraño se ofrezcan en el pasage del Exto á esa Vanda, sobre todo en seguridad q.ᵉ debe haver con respecto á las medidas que puediera tomar el Gobierno de Montevideo pues estoy cierto, q.ᵉ muchas delas familias tratan de pasar a esa con el todo ó parte del Exercito q.ᵉlo verifique, entendiéndose esto p. las Tropas delinea.

Dios Gue. Á V.E. muchos años. Quart.¹ General del Arroyo de Monson Octubre. 29 de1811.

                                           Exmo. Sor

                                           Jose Rondeau

Sres. Del Exmo Gov.ᶯᵒ Executivo de lasProv.ˢ delRio de laPlata[3]

Las peripecias que experimentaron en el largo recorrido desde las afueras de Montevideo hasta Ayuí, fueron relatadas incluso por Bartolomé Mitre, quien a través de su visión sesgada por el paso del tiempo pero también por las intenciones ideológicas con la que abordó este proceso, deja entrever los esfuerzos de quienes se plegaron al ejército y formaron parte del exilio.

(…) La historia no presenta una emigración más completa. Por el espacio de muchos días los innumerables caminos que atraviesan los campos orientales sólo se vieron transitados por una multitud de familias llevando consigo sus hijos, sus ganados, sus carros, dejando en la tierra cautiva los huesos de sus padres para volver a llorar sobre ellos en tiempos más felices. Los campos que pisaron fueron asolados como por una plaga de langostas. Los orientales ofrecían a la América este espectáculo casi al mismo tiempo que los rusos daban por asilo a los orgullosos soldados de Napoleón los escombros humeantes de su antigua capital (…) Artigas acampó más arriba del Salto Chico del Uruguay con una población de 14 a 16.000 almas. Al contemplar la toldería que se extendía por la llanura pudo gloriarse de haber concebido y ejecutado una grande idea. Al hacer emigrar las familias, no tuvo sólo por objeto el talar el suelo que debían pisar sus opresores y hacerse el patriarca de un nuevo pueblo, sino arrastrar con ellas los hombres aptos para llevar las armas, impidiendo de ese modo su deserción. Luego que hubo provisto al bienestar del pueblo proscripto, nuevo Moisés, se ocupó de su legislación. Adoptó la única forma que podía convenir a sus miras ulteriores y a la salvación de la patria. Todos los hombres se constituyeron en asamblea permanente.[4]

Diógenes Hequet Exodo del pueblo oriental

Mientras estaba en Ayuí en diciembre de 1811, Artigas realiza un censo de la población que lo seguía (4031 personas 845 carretas y se estipulan unos 5000 bueyes).

Censo

[5]

El censo no es exacto, no se asentaron los datos de otros campamentos más alejados de donde se hallaba Artigas. Además tiene algunos errores en sus cálculos y está incompleto (se estima que el número más aproximado estaría entre los 10 mil a 16 mil movilizados). Pero la importancia del mismo radica en que refleja la dinámica social, el tránsito de la región donde interactuaban personas de distintas procedencias como ser Santiago del Estero, Corrientes, Córdoba, Santa Fe, Asunción entre otras.

Esto abre un nuevo panorama para quienes intentan inmiscuirse en los archivos y buscar en estos caminos tantas veces transitados por otros y al mismo tiempo encontrar nueva información y conocimientos de la sociedad de principios del siglo XIX.

Archivos: Archivo Artigas.

               Archivo Mitre.

 

Prof. Marcelo Terribile
Marcelo Terribile
Profesor de Historia

[1] Archivo Artigas. Tomo VI Pagina 5.( Versión impresa), pagina 25( versión digitalizada).

[2] Archivo Artigas. Tomo VI Pagina 11.(versión impresa), pagina 31 (versión digitalizada) fragmento de la carta enviada al gobierno de Buenos Aires desde el cuartel del Arroyo del Monzón, 29 de octubre de 1811.

[3] Archivo Artigas. Tomo VI Página 12. (versión impresa), pagina 32 (versión digitalizada) comunicación completa.

[4] Mitre, Bartolomé. Artigas, (versión digitalizada) Pagina 32.

[5] Archivo Artigas. Tomo VI. Fragmentos del padrón de familias que acompañaron a José Artigas en el éxodo del pueblo oriental. La imagen corresponde al fascículo de Historia Regional en la escuela secundaria 1. Grupo Editor el Zarpazo.