
Frente a Villa Encarnación, sobre la margen izquierda del caudaloso Paraná que allá tiene una anchura de 3.000 metros, y arriba de la barranca, la antigua Itapúa argentina, hoy Posadas, yergue su población moderna entre eucaliptus y casuarinas que le dan un aspecto simpático y halagador.
Posadas tiene apenas 20 años de vida real y hoy es casi una ciudad. Posee dos plazas, una de ellas, la de la Gobernación, más hermosa que cualquiera de las de nuestra capital.
Tiene luz eléctrica, con la particularidad de que cada pilar está rodeado de un pequeño cúmulo de tierra en el cual han plantado enredaderas que, trepando por el pilar le dan el aspecto de una columna de follajes. De noche presenta una vista fantasmagórica.
La Liga Patriótica Argentina fue una organización ultranacionalista, reaccionaria y xenófoba, fundada en enero de 1919, en circunstancias de los desenlaces de la huelga de los obreros metalúrgicos de la empresa Vasena en la ciudad de Buenos Aires, conocida en la historia argentina como la Semana Trágica. Tenía como objetivo atacar a la clase obrera, porque entendía que allí estaba el foco del peligro de la revolución bolchevique. Pero de la ideología se pasó directamente al racismo, dirigiendo sus embestidas sobre las comunidades judías, ya que muchos de ellos llegaban con pasaporte ruso.
De fuerte impronta ultranacionalista, entre sus promotores estuvieron el almirante Domecq García, el sacerdote monseñor Miguel de Andrea, el naturalista perito Francisco Moreno y otros personajes conocidos de esa época, asociados a los sectores de elite tradicionales de Argentina. Su presidente, el radical y diputado nacional Manuel Carlés, sentía gran desprecio por las ideologías proletarias y un profundo odio por los militantes anarquistas, socialistas y comunistas, a quienes no consideraba como legítimos obreros, sino como a peligrosos agitadores antiargentinos.
En principio el título de este artículo parecería muy grandilocuente pero esa sensación se debe al desconocimiento que aún existe sobre la realidad histórica del hecho al que nos vamos a referir que justifica plenamente la expresión.
En el Museo Udaondo en Lujan, provincia de Buenos Aires, se conserva una imagen que ha despertado entre los investigadores de la historia del arte, tanta admiración como polémica. Se trata de una pintura al oleo sobre lienzo de pequeñas dimensiones, 20 cm. de ancho por 24 cm. de alto. Un retrato de la “virgen María”, que para el académico Darko Sustersic constituye la “primera pintura de la historia del arte rioplatense”[1] y “Una iconografía bizantina reinterpretada en las selvas sudamericanas”[2]
Aunque generalmente se la conoce como la “Virgen de Habiyú” es posible encontrar referencias a ella con otros nombres como “la ‘Verónica’ del museo Enrique Udaondo”[3] o “Mater Dolorosa”[4]. En función del aspecto que queremos explorar en este trabajo nos referiremos a ella como “la Virgen de Habiyú”.
Reseña histórica sobre el origen del asentamiento que devino en la ciudad de Posadas
Mucho se habla del próximo cuadringentésimo aniversario de la fundación de Itapúa, aunque al parecer más se lo recuerda del lado paraguayo del río Paraná. Esto es paradójico pues Roque González de Santa Cruz fundó inicialmente la reducción en lo que hoy es el territorio de Posadas y sólo luego de más de una década el P. Boroa trasladó el asentamiento a la margen derecha del río, hoy Encarnación. Es así que el primer antecedente de asentamiento estable registrado por la historia, en el sitio geográfico que hoy ocupa la ciudad de Posadas, capital de la provincia de Misiones, es justamente esta reducción. Es más, a ella le debemos los posadeños ser hoy día un crucial punto de convergencias de vías de comunicación con activo tráfico de producción y contingentes humanos.
Nos proponemos en adelante compartir unas reflexiones sobre este hecho histórico protagonizado por la tribu del Cacique Itapúa y Roque González de Santa Cruz, ya hace cuatro siglos, en 1615. Trataremos de construir un relato de tono divulgativo pero la complejidad de las circunstancias históricas narradas y la meticulosidad necesaria para el análisis de las fuentes no siempre nos lo permitirán.
Rudecindo Roca fue el primer gobernador de Misiones, hecho muy conocido. Fue uno de los mayores terratenientes del entonces “Territorio Nacional”, hecho medianamente conocido.
Obtuvo esas tierras mediante secuestro y amenazas de muerte, hechos casi desconocidos en la provincia. Veamos sucintamente de qué se trata esta historia.
Cuando la rebelión del gobernador Bonaerense Tejedor, en 1880, la provincia de Corrientes se alió a las de Buenos Aires resistiendo al Partido Autonomista de Roca. En Corrientes se produjo una sublevación y hasta fuerzas correntinas invadieron Entre Ríos, Avellaneda intervino la provincia, los correntinos quedaron en muy mala posición política a pesar que durante la intervención se implantaron dos gobiernos del mismo signo político que Roca, después que Julio Roca asumiera la primera Magistratura Nacional a Corrientes se separó la parte de Misiones hasta ese entonces bajo su tutela pero que los correntinos creían parte de provincia, se dice que esta separación fue en venganza por aquellas disputa política por la presidencia Roca – Tejedor donde corrientes apoyo a Tejedor.
El aporte Guaraní a la cultura mundial
Recientemente trascendió, a partir de un documental producido por la Secretaría Nacional de Cultura del Paraguay estrenado en el festival de cine independiente de Mar del Plata 2014 y fue creciendo en popularidad, una tesis que sostiene que serían los “Guaraníes” quienes habrían inventado el Fútbol o más bien el “balón pie”, al parecer que los pueblos originarios del Paraná superior practicaban originalmente el juego que habría inspirado el fútbol moderno como hoy lo conocemos.
Esta noticia relatada con tono anecdótico circuló por la prensa internacional con inusitada rapidez y alcanzó a los medios más importantes, podemos encontrarla en la prensa europea, norteamericana y hasta incluso en el Vaticano donde el famoso Osservatore Romano, que pocas veces se dedica a temas relacionados con el fútbol, le dedicó un meticuloso artículo.
En la realización del documentalista paraguayo se expone la idea a partir de testimonios de distintos entrevistados. Quien en nuestra opinión más aporta a la tesis, es el investigador Bartomeu Melià, es él quien desliza de manera coloquial las fuentes históricas que a ciencia cierta sustentan la hipótesis.
En 1603 el obispo de Asunción Martín Ignacio de Loyola, sobrino del fundador de la orden Jesuita, Ignacio de Loyola, convocaba a un sínodo en su diócesis para, entre otras cosas, examinar la cuestión del trabajo servil que prestaban los Paisanos en la región, se decidió entre otras cosas que la catequesis debía dictársela en lengua guaraní, los paisanos debían asistir los domingos (a misa y catequesis) y las fiestas a las iglesias, para lo cual debían obtener de su señor el permiso necesariamente y lo trascendental en ese sínodo se decidió reunir a los paisanos en reducciones, pues […] La situación de los indios -por culpa de gobernadores y latifundistas-en vez de mejorar iba empeorando día a día: poco a poco se iba asumiendo en la más negra esclavitud. Algunos ejemplos bastan para probarlo: el indígena carecía del derecho de la propiedad; la alimentación que por su trabajo recibía era tan escasa que llegaba a morir de hambre y de debilidad […][1]. Así es que comienza la idea de buscar para los naturales de nuestra región un mejor vivir y una formación cristiana, ambos objetivos hoy día pueden ser muy discutidos, pero aquí nos animamos a expresar que tal intención es como mínimo buena voluntad de parte de los integrantes dela Compañía de Jesús para con nuestros antiguos “Paisanos”.